Jabón de lavanda y avellana

En esta ocasión hemos hecho un jabón de flores de lavanda. La fase oleosa está compuesta de aceite de oliva, aceite de coco, aceite de avellana, manteca de cacao, aceite de pepita de uva, manteca de mango y aceite de jojoba.

Esta es la primera vez que utilizo el aceite de avellana. Se trata de un aceite rico en ácido oléico. Se utiliza en la prevención de estrías y en caso de cicatrices. Penetra muy bien en la piel. Además regula la producción de sebum y resulta muy adecuado para pieles mixtas y grasas.

En la fase acuosa hemos utilizado una infusión concentrada de lavanda. Y el aroma está a cargo de tres aceites esenciales: lavanda, incienso y naranja, en la proporción de Helena Blend. La música que usamos durante la elaboración del jabón fue: Yann Tiersen. C'était ici.

El color ha sido un punto peculiar en este jabón. Hemos utilizado un azul de ultramar y rojo (para elaborar un violeta-lavanda) y, al final añadimos un poco de mica perlada rosa. En principio, parecía que la mica rosa, que iba en menor cantidad, apenas destacaría, pero en el corte hemos descubierto que ha sido el color principal del jabón. Está claro que los jabones nunca dejarán de asombrarnos.

Eat me!

Ya sé que eso de hacer jabones en forma comestible no es una gran idea. ¡Dan muchas ganas de comérselos! En este caso no hemos podido resistirnos. Y los jabones de corazones que nos recordaban a los soldados de Alicia nos dan paso al pastel que se toma Alicia en la primera parte de cuento y se hace muyyyy grande.

Aquí tenemos "pasteles" con jabón de color en la base y parte superior imitando a la nata. Como topping bolitas de tapioca que me regaló Pilar en el encuentro jabonero. 

La composición es la misma que la del jabón de piel sensible: oliva, karité, almendras y palmiste. En la parte inferior lleva colorante amarillo limón y verde hierba o azul ultramar. El aroma es una mezcla de canela, limón y lavanda.

Campo de corazones

Pues os tengo que decir que después de haber plantado con mucho cariño y dedicación en el jabón de rosa de mosqueta unas semillas muy especiales han decidido no brotar. Se han quedado calentitas como bulbos entre la tierra.

Estos bulbos están hechos de un refundido de jabón. Vamos, son un reciclado de un jabón (no usado, evidentemente!) que no me convenció, no por sus propiedades, pero sí por su forma. Utilizando la forma de refundido los transformamos en una tableta de la que cortamos corazones. Al hacer el nuevo jabón de rosa de mosqueta, cuando aún estaba líquido, antes de gelificar, fuimos introduciendo con mucho cuidado las "semillas". Allí quedaron. Por último plantamos "hierba" encima (jabón de aguacate con color verde). En el corte han quedado bastante divertidos... Recuerdan a algo relacionado con Alicia y el País de las Maravillas...¡Qué le cooooooooorten la cabeza!

Jabón de rosa de mosqueta

Este jabón está hecho al gusto de quien lo va a utilizar. Quería un jabón nutritivo, blanco y con olor cítrico-floral. Con estos datos y considerando que se trataba de una piel madura, una buena elección podía ser la rosa de mosqueta.

En su fase oleosa: aceite de oliva, palma, coco, cacao, mango, rosa de mosqueta, jojoba y germen de trigo. Con esto conseguíamos una calidad alta de jabón: nutritivo, regenerador, hidratante.

Por otro lado, el olor floral es una mezcla de tres aceites esenciales: limón, lavanda y lemongrass. 

En el color he respetado la mayor parte del deseo. Me he reservado sólo un poquito para mi propio gusto y he pintado con el mismo jabón mezclado de color rosa, unas hojas en la superficie.

La música ambientadora del proceso: La banda sonora de la película El piano.

En esta otra foto se ve el bloque de jabón antes de ser cortado. ¿Qué hay en la esquina? Parece campo... dentro de unos días veremos que germina... continuará...

Presentaciones

Pues este puentecito lo hemos dedicado, entre otras cosas, a montar cajas, cestas y bandejas para regalo. Todas ellas llevan jabones de distintos tipos.

Caja con de madera con jabón marino y jabón de dos arcillas. 

Cesta con tres jabones: marino, dos arcillas y mandarina.

Cesta con tres jabones: rosa de mosqueta, aguacate con algas y caléndula.

Jabón de caléndula y mango

El jabón de caléndula es un clásico. Es un jabón muy suave y nutritivo. Está hecho sobre una base de infusión de caléndula y aceites de oliva, almendras, coco, palma, mango, cacao, ricino, pepita de uva y caléndula. Se trata de un jabón muy completo.

Esta vez he utilizado el método Discount Water Cold Process (DWCP). Y he podido cortarlo esta misma mañana con una dureza excepcional.

El aroma es una mezcla de seis aceites esenciales que recuerdan a campo. Entre ellos el romero, lavanda, geranio, cedro... Se llama mezcla Patchouli floral.
Esta vez la inspiración corrió a cargo de Deva Premal.

Por el mar de mi mano

Este fin de semana hemos evocado el mar. Imaginé un mar verde con olas espumosas. Sobre él flotaban barquitos en calma. El cielo, azul y blancas nubes deslizándose por él.

Y eso fue lo que creamos con la música de Luis Pastor: por el mar de mi mano, de fondo.

Este jabón está hecho de aceite de oliva, coco, manteca de cacao y karité y germen de trigo en la traza. Las algas ayudan a decorar el mar. Huele a sunset blend con árbol de té, lavanda y clavo.

El germen de trigo es un magnífico hidratante y una estupenda fuente de vitamina E.

Nos ha encantado jugar a pintar.

Más formas

En las últimas semanas he estado buscando moldes de pastillas de jabón por distintas tiendas. Aprovechando cada fórmula de jabón calculo un poco más de volumen y lo utilizo para hacer pequeñas formas. Son muy decorativas y acompañan bien a los jabones cuando van en cestas y cajas.

¿Qué he aprendido? Hay moldes de plástico y de silicona. Los primeros son más rígidos y, por lo que me han contado jaboneros con más experiencia, suele resultar duro desmoldar. Eso sí, tienen formas preciosas. Además tenemos en el mercado moldes de silicona. Todos los jabones de las fotos son de estos últimos. Se encuentran como moldes para repostería, para bombones, hielos, magdalenas, etc.

En las fotos muestro los jabones con los que he quedado más contenta. Se ven perfectamente los bordes de las minipastillas y dibujan preciosas formas. En cambio, otros moldes, principalmente los típicos de cubito de hielo, no hacen jabones con detalles tan precisos.

Por último contar que un truco de jaboneo para desmoldar jabones de ciertos sitios más complicados consiste en añadir a la fórmula un pequeño porcentaje en sal.

Probando otras formas

El mismo día que hice el jabón de arcillas, reservé una parte de la fórmula para hacer un jabón circular. Tiene los mismos ingredientes, pero el formato es diferente.

Durante todo el proceso de elaboración de jabón apliqué la sapoterapia de Sergio, escuchando a Billie Holiday, entre otros temas: Nice work if you can get it (¡qué apropiado para este trabajo!), Come rain or come shine, God bless the child, ...

Resulta muy divertido jugar con las formas... seguiremos en ello.

Jabón de arcillas para pieles grasas

En mi colección de jabones me faltaba uno especial para pieles grasas. Necesitaba un jabón que nutriese la piel y, al mismo tiempo, actuase contra la grasa y los posibles granitos. El resultado ha sido un jabón de arcillas, en concreto dos: roja y verde.

La arcilla roja limpia la piel y ayuda a la regeneración celular. Está recomendada para pieles sensibles. La arcilla verde, por su parte, se recomienda para pieles mixtas y grasas. Ayuda a controlar el acné y aporta elasticidad a la piel.

Al diseñar el jabón traté de utilizar aceites que estuviesen indicados para pieles grasas. Entre otros, los usados en este jabón son: aceite de jojoba (se mezcla con el sebum y retarda su excrección), aceite de ricino (el ácido ricinoléico actúa contra el crecimiento microbiano), aceite de avellana (regula la producción del sebum). También lleva: aceite de oliva, de coco, manteca de cacao y aceite de germen de trigo.

Los aceites esenciales que le aportan el aroma también están indicados para este tipo de pieles. He utilizado una mezcla de esencias que recuerdan al campo, fijados con almizcle: eucalipto, lavanda, romero, árbol de té y un toque de canela.

Jabón blanco para pieles sensibles

Este jabón ha sido formulado para un niño de mi vecindario que tiene una piel muy sensible. En este caso no he usado ningún colorante, ni siquiera natural, ni aceites esenciales. La composición es sencilla: aceite de oliva que hidratará su piel, manteca de karité que se la nutrirá, aceite de almendras con propiedades antiinflamatorias y aceite de hueso de palma que le da al jabón un toque espumoso al enjabonarse. El sobreengrasado es del 10%.

En la parte superior he dibujado con un biberón de cocinero lleno de jabón unos churrillos que le dan un aspecto curioso. He aprovechado que formulé por encima de la cantidad del molde para hacer unas hojas blancas que adornarán alguna caja de jabones.

Este es el primer jabón hecho en el molde de otro jabonero, Pepitogrillo. Tengo que decir que estoy encantada con el molde, es muy práctico y el jabón se retira con absoluta limpieza.

Pulgarcitos

Este fin de semana nos vamos a juntar un montón de jaboner@s en Madrid a jabonear junt@s. Nuestras anfitrionas nos han preparado un planning muy interesante y completo. Además nos entregaremos una muestra de jabón entre los asistentes, de nuestra propia cosecha. Son minijabones en forma de cubo de 2,5cm de lado. Y aquí están los míos.

Los de delante son los pulgarcitos, y los de detrás los jabones tamaño pastilla habitual.

Están hechos con aceite de oliva, coco, manteca de karité y aceite de aguacate (fórmula ligeramente modificada de un taller de Marina). El aceite de aguacate se extrae de la semilla del aguacate y tiene propiedades hidratantes y con alto poder regenerante. Es muy útil en pieles secas y escamosas.

Además este jabón contiene alga espirulina y está decorado de rojo color mermelada de frambuesa. El olor queda a cargo de los aceites esenciales de Litsea cubeba, geranio y limón.

Jabón hidratante de mandarina

Volvemos pisando fuerte con otro jaboncito hecho estas semanas. Es un jabón muy completo que lleva aceite de oliva como base acompañado de aceite de almendras, manteca de coco, de karité y de cacao, aceite de palma y palmiste. El color anaranjado lo da el aceite de zanahoria.

Hasta ahora no había usado el aceite de almendras en los jabones. Es un aceite suavizante con propiedades antiinflamatorias. Produce una espuma duradera.

La composición de este jabón lo hace muy adecuado para todo tipo de pieles. Especialmente agradecidas aquellas que necesiten ser nutridas e hidratadas. El olor: cítricos y lavanda.