Este jabón de lavanda es una versión del que ya hice con anterioridad hace un año. Tiene ocho aceites que le proporcionan unas estupendas propiedades de hidratación y suavidad. La lavanda aparece por duplicado en la formulación: en la infusión y en el aceite esencial.
En esta ocasión los aceites esenciales que completan al jabón protagonizaron luego la forma final: clavo, árbol de té y lavanda. Y ¿por qué fue tan importante este paso? Pues, porque el clavo, además de oler estupendamente, traza el jabón a una velocidad de vértigo. Así que el jabón espesó inmediatamente y tuve que trabajar en el molde con mucha rapidez y decisión. La sensación fue la de lidiar con una nata que se iba haciendo mantequilla y hasta queso por momentos.
Más tarde pinté la superficie con una mica dorada que le puso al trabajo un sombrero luminoso.
Besos a tod@s.
Un jabón precioso, hacía tiempo que no sabía nada de ti. Feliz año. Besos.
ResponderEliminarUn jabón muy bonito!!
ResponderEliminarMuy bonito el color, me gusta)
ResponderEliminarUn saludo desde www.cosmeticadeolga.blogspot.com