jueves, 29 de diciembre de 2011

Jabón de oro, incienso y... lavanda

Después de tanto tiempo de descanso jabonil, me entraron las dudas sobre si recordaría como se hacía el jabón. Fue una sensación curiosa. Allí me puse después de dormir a las pitufas a organizarlo todo en la cocina. Tardé media hora en decidirme que jabón haría y, después muy lentamente, comencé a sacar los instrumentos largamente guardados en silenciosa ceremonia y a colocarlos con cierto orden sobre la encimera. A mi cabeza vinieron momentos muy lindos de jaboneo. Durante todo el proceso tuve la sensación de que se había parado el reloj y de que estaba disfrutando de un lapso en espacio y tiempo.
Vinieron a mi cabeza varias personas del mundo jabonero, ¿cómo estarán? y me embargó una rica sensación de creación. Lo mejor fue eso: poder poner en marcha toda la creatividad, suavemente y con toda la licencia que da la sensación de ausencia de tiempo y de límites.
Y, este ha sido uno de los resultados:


Los ingredientes: oliva, almendra, karité y palmiste. Los aceites esenciales incienso, lavanda y naranja: Y la música a cargo de radio clásica (ponían a esa hora las obras de Liszt en su primer viaje a España). 


Me he dado cuenta de que estoy un poco oxidada en el manejo del color y que sería interesante repasar los apuntes. Y eso haré. ¡Esto del jaboneo es toda una ciencia!
Por ahora voy a disfrutar de esta sensación de hacer cosas lindas ¡con un delicioso trozo de turrón!
Un beso a tod@s.